Los Juegos Olímpicos nos están dejando, además de medallas, alegrías y frustraciones, imágenes muy dolorosas de lesiones. Si hace unos días era el gimnasta francés Samir Ait Said el que se fracturaba la pierna al caer tras un salto en gimnasia, la última noche nos dejó otra escalofríante escena.
Sucedió durante la competición de halterofilia, cuando el armenio Andranik Karapetyan intentaba levantar 198 kilos. En ese momento, el codo del halterófilo se dislocó, provocando el instantáneo grito de dolor del deportista y una imagen dolorosa solo con verla.
Karapetyan, obviamente, se retiró de la competición entre la ovación de la grada y acompañados de los médicos.
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